martes, 9 de septiembre de 2014

DE LA MEMORIA USB A LA NUBE. ¿DÓNDE DEBO CONSERVAR MIS DOCUMENTOS?

Textos, presentaciones, fotografías personales o de trabajo, vídeos, música… Son muchos los tipos de archivos que guardamos en nuestro ordenador y que ocupan cientos de gigas de nuestro disco duro. Pero no sólo de la memoria del ordenador o el smartphone han de vivir, sobre todo si no quieres que un incidente te borre toda tu historia digital (incluyendo, por ejemplo fotos personales que nunca recuperarás) por lo que es un requisito casi obligado que los asegures también en unidades externas, como “pendrives”, discos externos, tarjetas de memoria o en servicios de almacenamiento en nube.
Sin embargo, y a pesar de que cada opción de almacenamiento tiene su público y sus adeptos, hay circunstancias o usos que hacen inclinar la balanza hacia una de ellas. Bien sea para hacer una copia e seguridad o de respaldo o para transportar documentos del trabajo, te explicamos para qué puede ser mejor cada una de ellas.

Memorias USB o “pendrives”: la opción más manejable para transportar documentos

Los lápices de memoria, pendrives o memorias USB (como se les prefiera llamar) son la opción de almacenamiento externo más extendida en nuestros días, con capacidades que van desde los 256 MB de los primeros dispositivos hasta los 64 GB y superiores de los que se venden actualmente por precios realmente económicos. No en vano, nos podemos hacer con una memoria de este tipo con capacidad para 64 GB por apenas 30 euros en cualquier gran superficie.

Las memorias USB apenas ocupan lugar en nuestros bolsillos (algunos pueden incluso añadirse a nuestro llavero) y nos permiten trasladar con facilidad documentos de un equipo a otro, no sólo entre PC sino por ejemplo para imprimirlos, verlos o reproducirlos en otros dispositivos como el sistema multimedia del coche o un televisor con este tipo de conectividad.

Sin embargo, sus limitaciones de capacidad lo hacen inviable para copias de seguridad a gran escala lo que, junto a los riesgos inherentes a su formato (escasamente protegido y siempre expuesto a amenazas de la vida diaria) lo convierten en la peor opción para archivos que queramos guardar para un futuro.

Discos duros: copias de seguridad al alcance de la mano

Relacionados con los anteriores se encuentran los discos duros externos. Su funcionamiento es el mismo que almacenamiento interno del ordenador sólo que pueden ser transportados y conectados con un simple cable USB, eSATA, FireWire o Thunderbolt. Su capacidad es muy superior a la de un lápiz de memoria, y puedes encontrar ya unidades de hasta 4 TB por unos 150 euros.

Su gran capacidad los hace perfectos para almacenar grandes archivos, como por ejemplo para guardar nuestra biblioteca de películas o de música. Asimismo, es la opción más económica para hacer una copia de seguridad del ordenador en casa, sin recurrir a equipos ni software profesional.

Por el contrario, hemos de tener en cuenta que pese a ser móviles, su transporte no es tan cómodo como las tarjetas SD o los pendrives, por lo que no son tan interesantes para el día a día.

Sin embargo, lo más importante que debes saber es que su vida no es ilimitada y, a partir de unos 5 años, tu disco duro podría fallar para no volver a funcionar, o al menos no hasta que lo vuelvas a formatear (aunque es bien cierto que hay ordenadores de hace décadas que siguen arrancando y funcionando correctamente, no deberías confiar en la integridad de los datos que hay en ellos). Por suerte, en 5 años seguro que tienes ya otro disco duro de mucha más capacidad en la que volcar los contenidos como precaución.

Tarjetas SD: perfectas para fotografías y para archivos en tu smartphone o tableta

Las tarjetas SD han conseguido imponerse como el estándar de memoria para muchos dispositivos móviles, como cámaras fotográficas o de vídeo. Son, por ello, la opción número uno para almacenar y llevar al ordenador este tipo de archivos, en tanto que la mayor parte de los nuevos ordenadores ya incorporan lector de tarjetas de serie.

Pero el gran papel de las tarjetas SD aún está desarrollándose, dado que la mayor parte de los smartphones y tablets del mercado (salvo Apple) incorporan esta tecnología para ampliar el almacenamiento interno del dispositivo, así como para compartir los archivos fácilmente con otros equipos. A través de sus versiones de reducido tamaño (miniSD y microSD), estas tarjetas son el futuro de la memoria para nuestros móviles y tablets.

Sin embargo, como saben los fotógrafos profesionales, las tarjetas de memoria pueden fallar y más cuando tienen unos meses o años de uso, por lo que tampoco deberías confiar en su integridad. Si tienes fotos importantes que conservar, es muy conveniente que las guardes en un disco duro del que vayas haciendo copias de seguridad a su vez para tener una salvaguarda.

La nube: opción flexible, económica y accesible… pero ¿segura?

Por último, que no menos importante, nos encontramos la nube. Y es que los servicios de almacenamiento en Internet se han consolidado en los últimos años como una opción más que atractiva para almacenar todo tipo de datos, desde copias de seguridad de cientos de gigas hasta para compartir esa foto que acabamos de sacar con nuestros amigos o hacer llegar un archivo de trabajo a otro departamento o cliente.

Sus opciones son prácticamente infinitas, su flexibilidad y escalabilidad la hacen perfecta para casi cualquier necesidad y su precio es muy económico, incluso gratuito para la mayoría de los usos particulares. ¿Qué tiene de malo entonces?

La seguridad y la privacidad siguen siendo los puntos pendientes del almacenaje en la nube. Al alojar un archivo en estos servicios, nos desprendemos de todos los aspectos relacionados con su protección, confiando en que el proveedor haya tomado todas las medidas necesarias para impedir accesos indebidos a nuestros datos. En cualquier caso, salvo que seas una belleza de Hollywood, lo más probable es que los piratas busquen en estos servicios tus contraseñas del banco o formas de infectar tus ordenadores para enviar spam, y no tus fotografías personales. Así, si tienes fotos que quieres guardar y eventualmente compartir, servicios como iCloud de Apple, Google Photos o discos en la nube como Dropbox o OneDrive son ideales para tener un lugar al que acudir para recuperar tus archivos ante un eventual desastre en tu ordenador principal.

Y tú, ¿qué estrategia sigues para guardar tus datos y archivos más preciados?

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